Snorkel en el Archipiélago de La Maddalena en ferry
Un ferry nos llevó al Archipiélago de La Maddalena, un paraíso de aguas cristalinas y fondos marinos llenos de vida. Con máscara y aletas descubrimos peces de colores, cuevas submarinas y corales que brillaban con la luz. Hacer snorkel aquí es entrar en otro mundo.
Los nuragas de Cerdeña: viaje a una historia milenaria
Su Nuraxi de Barumini
Patrimonio de la UNESCO, el nuraga Su Nuraxi es uno de los símbolos más fascinantes de la isla. Caminar entre torres y bastiones es como retroceder miles de años e imaginar la vida cotidiana de un pueblo que dejó huella en la historia del Mediterráneo.
Porto Pollo: el paraíso del windsurf
Si el viento es tu aliado, Porto Pollo es tu destino. Con tablas y velas al sol, probamos la adrenalina del windsurf en Cerdeña: caídas, risas, espuma salada en la cara y la felicidad de deslizarse sobre el mar. Una experiencia de pura libertad.
Relax en la playa de La Pelosa
Arena blanca y mar turquesa
Después de tanta energía, llegó la calma. La Pelosa es una de las playas más bellas de Cerdeña: arena suave, aguas transparentes y un paisaje que parece pintado. Aquí el tiempo se detiene y el mar te envuelve con su calma infinita.
Excursión al Parque Nacional de Asinara
Naturaleza virgen y burros blancos
Visitar Asinara fue una de las experiencias más intensas. Declarado Parque Nacional en 1997, es una isla suspendida en el tiempo: burros blancos, caballos salvajes, aves raras y senderos que llevan a calas silenciosas. Más información en la web oficial del Parque Nacional de Asinara.
Seadas: el sabor auténtico de Cerdeña
Queso caliente, miel dorada, masa crujiente: las seadas son el postre que representa la tradición sarda. Las probamos en fiestas de pueblo y en casas donde la receta se transmite de generación en generación. Un bocado que sabe a hospitalidad y raíces.
Por qué este verano en Cerdeña se quedará siempre conmigo
Cerdeña no es solo un mar de ensueño: es historia viva, adrenalina, naturaleza pura y sabores que te marcan. Del snorkel en La Maddalena al viento de Porto Pollo, de los nuragas milenarios a la calma de La Pelosa, de la naturaleza salvaje de Asinara al dulzor de las seadas… este verano quedará grabado para siempre.